Sanatorio de Pedrosa
Al comenzar mis investigaciones en la Isla de Pedrosa pensé que iba a ser simplemente una visita para comprobar si alguna forma errante frecuentaba esta misteriosa isla cántabra. Me encontré, por sorpresa, con que no sólo estaba impregnada de una gran cantidad de espíritus, cada uno con su particular historia, sino que, además, era un lugar digno del rodaje de una película.
Voy a comenzar contando la historia de la isla de Pedrosa, también llamada “Isla de la Astilla”, que es una de las islas más grandes de Cantabria. Tiene una extensión de 1613 hectáreas, de las que 968 corresponden a la isla y 645 a tierra firme. En la actualidad está unida a tierra por un puente construido en 1966. El origen como Sanatorio, comienza en 1834 la Junta de Comercio de Santander inició los trámites para convertir la isla de Pedrosa en un lazareto en el que alojar a los tripulantes de buques afectados por enfermedades tropicales. La mayoría tenían lepra y se les abandonaba allí hasta que morían, sin ninguna atención médica. Esta función tiene desde que comienza a funcionar como lazareto en 1869 y se mantiene hasta 1914. Este año pasa a ser Sanatorio Marítimo Nacional para el tratamiento de la tuberculosis y anomalías óseas, el hospital llegó a tener 600 camas, hasta que finalmente en 1989 cierra sus puertas, quedando en el absoluto abandono, llegando así hasta nuestros días.
Cuando empezamos a investigar la isla, en marzo del 2011, no creí nunca que me iría cundiendo tanto a través de toda la isla. Aunque hemos investigado en diferentes edificios que existen en la isla de Pedrosa, los más dramáticos encuentros con lo paranormal nos han ocurrido en el edificio llamado “La Picota”. La psicofonías eran muy alarmantes, pero las pisadas y visiones que hemos llegado a vivir en este lugar han sido más que escalofriantes. Aún más espeluznantes han sido también las fotos que hemos llegado a tomar de formas fantasmagóricas que han acudido a nuestros encuentros. Aún recuerdo que lo primero que vi cuando entré en uno de los pabellones abandonados, fueron fantasmas de niños y “camitas” muy pequeñas, que en ese momento no sabía ni que existían.
Las vistas a esta estructura, que en sus años buenos era digno de ver, hoy en día ha tomado un aspecto tenebroso y enjaula una sensación de legítimo misterio, el cual no es equívoco al entrar dentro de sus paredes.
Cuando uno comienza al ascenso a la primera planta se encuentra con una sensación de malestar que recorre el cuerpo. Parece que las mismas paredes hablan, llorando sus penas. Al subir a la segunda planta, la sensación que nos invade cobra aún un más serio aspecto, el de estar siendo observado. Fue en esta última planta donde llegué a tener contacto por primera vez con una niña llamada “Rosita”. Su aparición entre nuestra presencia ha sido constante, hasta haberle llegado a fotografiar saltando una comba. En este mismo lugar, también corrí un serio peligro de accidente.
Quiero destacar, que en una de nuestras primeras visitas, fuimos un grupo de siete personas, y nos adentramos en el pabellón abandonado. Allí dentro hicimos una ouija, pero no funcionó, aunque lo más impactante de ese momento fue, que antes de empezar, un compañero del grupo puso una canción en el móvil, una versión de ‘Every breath you take’ entonada por un coro infantil- y mientras sonaba, comenzó a oírse un tropel de gente bajando por las escaleras del edificio. Eran los fantasmas de unos niños, vestidos con ropa antigua, acompañados por una mujer que parecía una enfermera. Es muy importante destacar, que aquello lo vimos los siete. Los que son sensitivos y los que no, ya que no sólo lo percibimos las personas sensitivas, como suele ocurrir.
Otras de nuestras fotos también han mostrado formas de niños. Entre las psicofonías que hemos hecho, la que quizás más me ha llegado a impresionar ha sido una en la que se oyen claramente los pasos de unos tacones en la planta superior, mientras nosotros nos encontrábamos todos en la planta inferior. Durante estos años de investigación, he observado cómo las escaleras, que antes estaban en mejor estado, hoy en día han cobrado un aspecto de ser arriesgadas al exponerse a subirlas. Además he notado como la pared adyacente muestra obvias señales de deterioro. Llegando a ser consideradas muy peligrosas ante un no anunciado derrumbe. Esto es obvio ya que tanto por la parte delantera al igual que por la trasera del edificio en cuestión ya se han derrumbado varios suelos. Son muestras de que lo demás también corre el mismo riesgo de un derrumbamiento. Desde que comenzamos nuestras investigaciones en este enigmático lugar, siempre hemos sido y seguimos siendo rodeados de niños pequeños. Además surgieron varios espectros de adultos.
Los nombres de estos espectros han sido variados: Rosita, Pedro, Lorena, Antonio, los cuales correspondían a algunos de los niños. Entre los adultos nos ha aparecido una joven y bella chica que parece ser una institutriz o enfermera vestida de gris. Además de esta joven hemos podido observar la aparición de unos cuantos personajes más que nos han tenido muy ocupados buscando su procedencia. Una de las cosas más inquietantes de la Isla de Pedrosa, es que al hacer fotos, salen esferas de energía por todos lados, además de espectros fantasmales y psicografías. Uno de los fantasmas que más me ha helado la sangre, es un un fantasma que porta un hacha enorme y parece un verdugo bajando por la escalera como si se dirigiese hacia dónde estábamos nosotros.
Cuando empezamos a investigar años atrás, pensamos que los espíritus o fantasmas sólo querían comunicarnos diferentes cosas, pero después de tantos años de investigación hemos llegado a la conclusión de que a veces pueden ser amables o curiosos pero sin embargo otras veces se nos han mostrado peligrosos induciéndonos hacia sitios para lanzarnos a lugares nefastos. Así que, si algún día deciden ir algún sitio supuestamente encantado, les aconsejo, con toda sinceridad, que “no” vayan solos. Vayan siempre acompañados. Y no se separen ninguno del resto del grupo. No es un juego, como piensan muchos. La investigación de lugares encantados es una investigación seria, o al menos así se debe de tomar.
Tras más de siete años de investigación en la isla de Pedrosa, Anita ha publicado “Pedrosa: “la isla misteriosa” y trece puertas más de ultratumba”, que tiene a esta enigmática isla de la bahía de Santander como protagonista, ya que tras las primeras investigaciones realizadas en el lugar, Anita y con ella I.C.O.A (su grupo de investigación) saltaron a la noticias, siendo tal la repercusión que el mismísimo Iker Jiménez, del programa “Cuarto Milenio”, ha visitado la isla, al igual que una gran multitud de curiosos tanto de Cantabria, como de otras comunidades. En el libro se incluye una gran variedad de imágenes realizadas en las investigaciones, a la vez que varias antiguas enviadas por gente de distintos puntos de España. El libro incluye dos vídeos de investigaciones hechas en el lugar y quince psicofonías grabadas en las inmediaciones de “La Picota”. Además, en este libro aparece un espectacular documento que ha llegado a mí poder, y que os va a sorprender, ya que puede hacer temblar los cimientos de Pedrosa.
Finalmente, quiero compartir con vosotros un día de investigación en el edificio de “La Picota”, el cual nos ocurrieron varios incidentes contados en el libro. Espero que os guste.
Vídeo de la investigación.